24.1.09

Despertar a los muertos

A veces creo que es mejor dejarlos en el fondo de las fosas, o en el de los cajones en todo caso.

Hacía años que no la veía, la había dejado muy en el fondo de sus recuerdos, y ahora, aparecía de nuevo ante sus ojos, y todo por una simple limpieza de invierno. Recordó entonces el día que la escribió y sintió de nuevo el escalofrío corriendo por su nuca, el frío helando sus víceras y vinieron a sus ojos dos gotas de melancolía, de memorias perdidas, de heridas renacientes, de dolores olvidados.

Entonces lo supo: había sido una trampa, un juego muy sucio en el que todos la envolvieron, todos lo sabían, todos lo esperaban. ¿Acaso había ocurrido lo que ellos deseaban? No podía ser, vivir todo este tiempo en medio de una mentira y de pronto descubrir la poca fe que tenían en ella, o quizás tenían demasiada fe y esta falló, ¿cómo saberlo?

"Noto la oscuridad de este día, la desdicha de mi ser, el nocturno eterno de esa despedida..."

sí, fue difícil, pero consiguió su amanecer, ¡ese nocturno terminó!

"...noto el eco de mis pasos, el sonido de mi voz, esta sensación que me quema, me desangra desde mi interior..."

el dolor, los recuerdos, el llanto ¡cómo pudo! y ahora ¡todas esas sensaciones de regreso!

"...olvídenme, dejen que el monstruo coma mi alma, y desaparezca por siempre de la faz de la tierra..."

así es, ella no consideraba posible que su corazón pasara la prueba, estaría maldita en todos los sentidos religiosamente posibles

"...no mantengan lazo alguno, tiren mis cenizas al jardín, al río, al excusado, donde sea, ¡pero lejos de mi hogar!... quiero que esto termine cuando el monstruo me coma, y olvidarme por siempre, siendo olvidada"

Fue muy breve, y sin embargo, había escrito esas palabras con tal exaltación que su espíritu se había ido mucho antes que ella, no podía seguir ahí, no cabía, debía decidir, si su fe o su espíritu... y prefirió su fe. Guardó la nota en un sobre y la ocultó en el fondo de un cajón. Ahora sabía que se había equivocado, vivir controlada, manipulada ¡por su fe! era peor que morir, ahora lo sabía, ahora que elllos la habían dejado, la habían olvidado, ahora sí estaba muerta.

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